Escabeche: un ritual sagrado

Cuando pensamos en platos en escabeche nos viene a la cabeza rápidamente las veces que nos han salvado la vida, y han calmado a nuestro estómago cuando el hambre comenzaba a acechar. Los llevamos en las mochilas o los bolsos de forma fácil y sencilla, listos para abrir y comer en cualquier momento y en cualquier lugar. ¡Benditos escabeches!

Lo mejor de los escabeches es que, este método de cocción, sirve para muchos alimentos: carnes, aves, pescados, verduras, hortalizas… Los guisos son un conservante natural, como bien demuestra  la V Gama de DAPSA.  Además, no hay mejor forma de que la comida no se eche a perder, ya que nació para conservar los alimentos cuando aún no había demasiados modos de refrigeración. Quien diría que a día de hoy seguimos usando una técnica que deja un sabor inigualable.

A pesar de que el vinagre suele ser el ingrediente rey de los escabeches, y que muchas personas no son muy amigas de este producto, lo cierto es que los escabeches no tienen ese sabor que echaría para atrás a cualquiera que no amase el vinagre. 

Claro está que los vinagres son un doctorado de ciencia y calidad. La mezcla de ingredientes, tales como el aceite o el laurel, aporta ligeros toques y aromas que hacen que el escabeche se haya convertido en una de las conservas favoritas de muchos. En DAPSA lo sabemos muy bien y por eso apostamos por una materia prima que facilita la labor a los cocinillas. 

Aunque no todo el mundo lo sabe, los escabeches pueden ser de larga, media o baja conservación, dependiendo del tiempo en el que lo vayamos a consumir. Resultan ideales cuando no podemos cocinar todos los días o queremos llevar nuestra comida hecha de viaje. Los amantes de la carne, las verduras y el pescado podrán disfrutar en la misma mesa de un plato de escabeche, saboreando unos alimentos que ya nuestros antepasados calificaban de ‘deliciosos’.

Además, tenemos la opción de innovar y hacer diferentes comidas. Los productos de casquería pueden tener un sabor único si los hacemos al escabeche. Ya en uno de los últimos artículos os hablábamos de esa deliciosa lengua al escabeche, pero mientras el producto nos guste, todo lo demás irá sobre ruedas. Manitas, morro, oreja… Todo será un regalo al paladar.

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