El origen del paté se relaciona con Francia y se remonta a la Edad Media, cuando solía utilizarse de relleno entre panes y diversos platos. Sin embargo, existe constancia de que en el Antiguo Egipto los faraones ya consumían una pasta de hígados machacados y en la Antigua Roma también se hacía un plato similar con hígados de cerdo. El paté casero es milenario.
La idea básica era aprovechar todas las partes del animal, todos los despojos y cortes feos de la carne, así como el hígado y los riñones. Hoy en día es un alimento que se consume muchísimo en Europa y en cada región tiene sus variantes. En Dapsa distribuímos la mejor casquería de España.

Por eso existen patés de todo tipo, de carnes de vacuno, de cerdo, de aves, de conejo, incluso de pescado, hortalizas o frutos, como la aceituna. Todos ellos se cocinan acompañados de hierbas, especias y alcoholes como el vino o el brandy.
Entre las muchas variedades que existen destaca el paté de campaña, al que no sólo se añade hígado y riñones sino también diversos trozos de carne, principalmente casquería; el de terrina, porque se cuece en moldes; o el paté crouté, o corteza de pasta, que se cocina horneado envuelto en hojaldre. Por otro lado está el foie gras, que se hace solamente con hígado de ganso, oca o pato cocido, así que en esencia no es un paté.

La mayoría de los patés son untables, otros se sirven en rodajas, pero todos son un alimento muy rico en nutrientes, ya que el hígado contiene Vitamina A, vitaminas del grupo B, Vitamina K2, hierro, zinc, selenio y todos los aminoácidos esenciales.
Normalmente los consumimos a la hora del aperitivo, servidos como entrante, o como picoteo, y si el paté es casero tienes la ventaja de que lo puedes hacer con antelación, incluso varios días antes, así que si aparecen invitados no tienes más que sacarlo de la nevera. A a los niños se les suele dar en la merienda.
Esta delicatessen puedes optar por comprarla o mucho mejor, hacerla en casa. De esta forma no sólo ahorras dinero sino que sabes lo que estás comiendo y puedes hacerlo menos graso y con el sabor y textura que más te guste.

Receta de paté casero de hígado y riñones
No hay que ser ningún cocinillas para hacer paté casero. Anímate con esta receta súper sencilla y recuerda que puedes hacer cantidades grandes porque es un alimento que se puede congelar sin perder ni un ápice de su sabor.
Para la receta de paté de hígado y riñones necesitarás 400 g de hígado de pollo, cerdo o ternera; 100 g de riñones; una cebolla grande; un diente de ajo, sal, pimienta, aceite y hierbas aromáticas.
Modo de elaboración: Pica el ajo y las cebollas y dóralas con un par de cucharadas de aceite. Retíralo para que pierda temperatura. Corta el hígado y los riñones en dados y ponlos en la misma sartén unos 4 minutos a fuego medio. Retira del fuego y, cuando hayan perdido calor, añade todos los ingredientes juntos en un vaso de batidora y tritura hasta alcanzar la consistencia deseada. Coloca el paté en tarros pequeños y a la nevera. ¡Listo!





